Y nos fuimos a deambular por un destino encantador. Esta vez aparecimos en la ciudad flotante: Ciao Venezia!
Para llegar al destino probamos el famoso "Blablacar" que es un sistema que conecta conductores con pasajeros que quieran realizar el mismo viaje. Es simple, económico y social porque vas haciendo "blabla" en el trayecto y eso está piola para conocer gente y practicar el italiano. Estuvo buena la experiencia y el conductor que nos llevó de Milano a Venecia, quiso parar en el "AutoStrada" en medio del camino a tomar cafecito. Bravo! (nosotros felices con la dosis de cafeína del giorno).
A Venezia è sempre carnevale
Lo que más me gustó de esta ciudad es su mágica locura. Está plagada de callecitas y callejuelas que componen un verdadero laberinto. Tan impredecible como la vida misma: te metés por un camino y no sabes donde vas a terminar. Pero en ese perderse se conoce mucho más que lo que hubieras visto con la ayuda de un mapa o un guía. Perderse para encontrarse. Entrar por un lugar y no saber donde vas a aparecer, capaz querés volver para atrás porque atrás si sabes que hay… pero adelante puede haber algo nuevo, algo desconocido que nose si me gustará. Se trata de seguir moviéndose y descubriendo. Así me sentí cuando caminaba esta ciudad.
Venecia es una ciudad flotante. Te imaginás vivir sobre el agua? Es increíble que no puedan pasar autos por la calle, esto la hace mágica, distinta, acuática y con un poco de olor a mar pero no del rico.
La ciudad te teletransporta al año del ñaupa. Es hermoso contemplar la espléndida arquitectura y ni te digo ver las góndolas pasear por sus canales y puentecillos. Tiene un ambiente entre inspirador y romántico. Lo preocupante es que la ciudad lucha por sobrevivir frente a las crecidas de las mareas que provocan inundaciones. Roguemos para que no desaparezca.
La ciudad te teletransporta al año del ñaupa. Es hermoso contemplar la espléndida arquitectura y ni te digo ver las góndolas pasear por sus canales y puentecillos. Tiene un ambiente entre inspirador y romántico. Lo preocupante es que la ciudad lucha por sobrevivir frente a las crecidas de las mareas que provocan inundaciones. Roguemos para que no desaparezca.
Un poco de todo para deleitarse: artesanías en vidrio, máscaras de diferentes tipos y colores, tesoros artísticos, palacios, museos, iglesias, el puente de los suspiros, la plaza de San Marcos, ver el atardecer en el muelle.
Non mi piace di Venezia
Los que viven en Venezia no son muy agradables con los que estamos de turismo. Es entendible, no debe ser fácil vivir en una ciudad con tanto movimiento turístico.
Venecia es un destino para pocos días. Es de esas ciudades pequeñas y atractivas que todos quieren conocer. Sobre que sus callejuelas te pierden, hay gente por todos lados y volteas la cabeza y no sabes para donde disparar. No soy muy fan de la muchedumbre. Demasiada gente.
Te cuento que este destino es bastante costoso a la hora de sentarse a comer por ahí. Si no te queres ir de Venecia con los bolsillos vacíos, no elijas los restaurantes de la zona céntrica. Hay que saber elegir: a veces con menos plata, comes mejor calidad. Hay que afinar el ojo de viajero en esas cosas.



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